domingo, 30 de agosto de 2009

Sociedad escaparate

Ultimamente tengo la necesidad imperiosa de escribir, y bueno, pues, lo hago!!!
Primera entrada de mi Blog, nunca pensé en escribir un blog, pero creo que al igual que es muy importante escribir, tambien lo es compartir.
Así que aqui os dejo mi primer pensamiento para compartir:
Estoy indignada con esta mierda de sociedad escaparate, sí, indignada.
El otro día alguien me dijo que para la cabeza se pueden comprar dos tipos de cosas, libros, o sombreros. Pues por lo que veo cada vez hay más gente que compra sólo sombreros.
Nos encanta aparentar, que se nos vea; pero no por lo que somos o hacemos, es infinitamente mejor que se nos vea por lo bien maquilladas que vamos, por lo depiladisimas que van nuestra piernas, cejas, etc, por nuestro nuevo pantalón de Dolce&Gabbana o porque acabamos de salir de la peluquería.
Ayer, cuando volvía a casa me sucedió algo que hizo que me reafirmase aún más en estos pensamientos.
Eran las 8 de la tarde, hora a la que todos se ponen guapos para ir a tomar la caña o vino reglamentarios; un hombre de unos 90 años intentaba llegar a su casa, el hombre son su bastón, evidentes problemas en las piernas y traqueostomizado daba pequeños pasos sin mucho éxito en su empeño de avanzar.
Yo lo veía desde el final de la calle.
Ví también como pasaba la gente por delante de él, más preocupada de no llegar tarde a su cita con el vino que de echar una mano.
Sólo una persona se paró para ayudarle, un joven de uno 35 años, sin ostentaciones ni lujos, desarreglado y con un porro en la mano; se acercó al hombre y se ofreció a acompañarle a casa, a pesar de no ir en su misma dirección.
Continué caminando hasta llegar a su lado, y en vista de las circunstancias me ofrecí a acompañar al hombre hasta su casa, ya que para mí no era ningún esfuerzo, me quedaba de paso y así el chico podría continuar en su dirección(la contraria) con sus amigos.
Cuando le dejé en el ascensor de su edificio, el hombreque apenas podía articular palabra me agradeció como mil veces el haberle acompañado y me pidió perdón por las molestias otras tantas.
¿Molestias?¡Ah!¡Claro!!!Se me olvidaba que en esta sociedad escaparate del consumo las palabras ayuda o altruismo, se han convertido en molestias..
Espero que ese hombre, comotantos otros y otras, pueda seguir saliendo y entrando de su casa gracias a personas como ese chico que se paró a echar una mano(aunque quizás fueran los servicios sociales los que tendrían que encargarse de eso, pero eso es otro tema, que trataré algún otro día).
Espero sólo que el día de mañana todos los que pasaron de largo, no necesiten ayuda de los demás.
Y espero que esta sociedad empiece a cambiar y a comprar para la cabeza más libros y menos sombreros.